VOLAR EN ALA DELTA
El ala delta es un planeador que se maneja por desplazamiento de peso del piloto, el cual está colgado del centro de gravedad del mismo.
Para que el ala vuele es necesario tener una velocidad con respecto al aire, lo que hace que se cree una “fuerza de sustentación” al chocar dicho aire con el perfil del ala. Pero por desgracia, el propio peso hace que descendamos, por lo que para que esto no ocurra deberemos buscar ascendencias, bien en vientos que chocan con un relieve (vuelo de ladera), o en aire caliente que
asciende (vuelo en térmicas).
Para poder dirigir nuestro ala delta, deberemos desplazar nuestro cuerpo con la ayuda de la barra de control:
-Si nos desplazamos hacia adelante (picamos), el ala aumenta su velocidad, disminuye el ángulo de ataque, y aumenta la velocidad de caída.
-Si nos desplazamos hacia atrás (empujamos), aumentamos el ángulo de ataque y disminuimos la velocidad. Si nos pasamos empujando y perdemos velocidad por debajo de cierto valor, el ala pierde sustentación, y entra en pérdida, tendiendo a caer hacia un lado o hacia adelante, para volver a recuperarse una vez alcance la velocidad mínima de vuelo.
-Si nos desplazamos hacia un lado, el ala tiende a girar hacia ese lado, siendo necesario tener velocidad para que responda. Para cualquier maniobra que queramos realizar, cuanta más velocidad tengamos, mayor rapidez de respuesta obtendremos de nuestra ala.
Por lo tanto principio fundamental del vuelo VELOCIDAD = SEGURIDAD


Al llegar al planeo final controlaremos nuestra velocidad de acuerdo a la necesidad del ala y el viento reinante, debemos mantener velocidad para tener control del ala, teniendo en cuenta el gradiente o efecto suelo, con el que la velocidad del viento disminuye a medida que nos acercamos al suelo, trataremos de realizar las correcciones necesarias para seguir la trayectoria elegida sin apartar nuestra vista de la misma. Realizaremos el cambio de manos con suavidad, sacando nuestras piernas del arnés, cambiando primero una mano y luego la otra, manteniéndolas bajas para tener mejor control del ala. A medida que vamos perdiendo velocidad, y nos acercamos al suelo, elevaremos con suavidad las manos en los montantes del triángulo, y al notar que el ala empieza a caer, empezaremos a empujar y al perder velocidad empujaremos con fuerza manteniendo el cuerpo recto y erguido, el ala cae suavemente sobre nuestros hombros, y ¡¡hemos aterrizado!! sanos y salvos.
Recuerda:
- Reconocer antes el terreno del aterrizaje (si es posible desde el suelo), inclinación del suelo, estado, y posibles obstáculos.
- Saber la dirección del viento
- Fijar una trayectoria del planeo final, y no apartar nuestra vista de la misma.
- Mantener el ala con velocidad para mantener el control.
- Realizar el empujón final sin miedo y con fuerza.
Una térmica se forma por el calentamiento del terreno por el Sol, ascendiendo el aire que se calienta por tener menos densidad y pesar menos que el aire más frío que la rodea. Al alcanzar el límite de inversión o enfriarse el aire húmedo lo suficiente para formar una nube, su ascendencia se detiene.
Pero, ¿donde debemos buscar para encontrar una térmica?
Debemos buscarlas bajo nubes en forma de cúmulos en formación.
Observando vientos variables en el suelo
Observando a las aves y otras posibles Alas en vuelo.
Sobre laderas y elevaciones expuestas al Sol
Sobre tierras, rocas, y zonas protegidas del viento.
Para comenzar a girar una térmica debemos fijarnos en el plano que se nos levanta y girar hacia ese lado En otras ocasiones si encontramos la térmica de frente, notaremos que se levanta el morro, debemos entonces esperar unos tres segundos y comenzar a girar, así nos será más fácil centrar el núcleo.
Conseguiremos mayor ascendencia si nos mantenemos cerca del núcleo, para esto, cerraremos los giros cuando notemos mayor ascendencia y los abriremos al notar menor ascendencia. Cuando encontremos una térmica muy cerca de la ladera, en vez de giros realizaremos ochos para que la deriva no nos haga chocar contra ella. Trataremos de hacernos una imagen mental de la forma de la térmica para aprovecharla mejor, un variómetro, que nos indica la tasa de ascenso o descenso nos será de mucha ayuda.
Un error que se suele cometer con los primeros vuelos en térmica es inclinar poco los giros, para corregirlo debemos practicar con altura suficiente sobre la ladera y así aprender a cerrar los giros.
Para que el ala vuele es necesario tener una velocidad con respecto al aire, lo que hace que se cree una “fuerza de sustentación” al chocar dicho aire con el perfil del ala. Pero por desgracia, el propio peso hace que descendamos, por lo que para que esto no ocurra deberemos buscar ascendencias, bien en vientos que chocan con un relieve (vuelo de ladera), o en aire caliente que
asciende (vuelo en térmicas).
Para poder dirigir nuestro ala delta, deberemos desplazar nuestro cuerpo con la ayuda de la barra de control:
-Si nos desplazamos hacia adelante (picamos), el ala aumenta su velocidad, disminuye el ángulo de ataque, y aumenta la velocidad de caída.
-Si nos desplazamos hacia atrás (empujamos), aumentamos el ángulo de ataque y disminuimos la velocidad. Si nos pasamos empujando y perdemos velocidad por debajo de cierto valor, el ala pierde sustentación, y entra en pérdida, tendiendo a caer hacia un lado o hacia adelante, para volver a recuperarse una vez alcance la velocidad mínima de vuelo.
-Si nos desplazamos hacia un lado, el ala tiende a girar hacia ese lado, siendo necesario tener velocidad para que responda. Para cualquier maniobra que queramos realizar, cuanta más velocidad tengamos, mayor rapidez de respuesta obtendremos de nuestra ala.
Por lo tanto principio fundamental del vuelo VELOCIDAD = SEGURIDAD
DESPEGUE DE UN ALA DELTA
El despegue, junto con el aterrizaje, es uno de los momentos más críticos del vuelo. Debemos por lo tanto poner nuestra atención en todos los detalles para no tener ningún contratiempo. Una parte importante, es el correcto montaje de nuestra Ala y la comprobación de la misma, así como de nuestro cuelgue, hay accidentes producidos porque el piloto se olvidó de colgarse de su Ala. Posteriormente, al levantar el Ala, debemos orientarla al viento, buscando el ángulo de ataque adecuado que nos
permita controlarla. Con viento, ésta operación es más sencilla que sin él, pues éste nos hace sentir la fuerza del Ala, y nos permite corregirla y mantener el control de la misma hasta que tenemos suficiente velocidad para el despegue.
Debemos mantener un punto de referencia en el horizonte, y tratar de hacer las correcciones oportunas para seguir esa trayectoria sin preocuparnos de hacerlo con nuestras piernas, sino con la corrección de nuestro cuerpo. No viene mal practicar en la campa de escuela para lograr la velocidad y ángulo de ataque adecuados, sobre todo para los días sin viento, que son en los que el Ala nos transmite menos sensaciones hasta que estamos volando. Por lo tanto, la mejor referencia para encontrar el correcto ángulo de ataque de nuestra Ala para despegar, así como la velocidad de respuesta de la misma, la podemos encontrar corriendo con ella en la
campa.
Dependiendo de la pendiente de cada despegue, ajustaremos nuestro ángulo de ataque para tener nuestra Ala siempre bajo control. Una vez tengamos esto controlado, debemos aprender a correr. Nuestra carrera debe comenzar despacio, con pasos largos y decididos, acelerándolos a medida que el Ala coge velocidad, lo que nos permitirá un buen control, y cuando ésta velocidad sea suficiente y notemos que tira de nosotros, aflojamos un poco la barra de control, y YA ESTAMOS EN EL AIRE.
permita controlarla. Con viento, ésta operación es más sencilla que sin él, pues éste nos hace sentir la fuerza del Ala, y nos permite corregirla y mantener el control de la misma hasta que tenemos suficiente velocidad para el despegue.
Debemos mantener un punto de referencia en el horizonte, y tratar de hacer las correcciones oportunas para seguir esa trayectoria sin preocuparnos de hacerlo con nuestras piernas, sino con la corrección de nuestro cuerpo. No viene mal practicar en la campa de escuela para lograr la velocidad y ángulo de ataque adecuados, sobre todo para los días sin viento, que son en los que el Ala nos transmite menos sensaciones hasta que estamos volando. Por lo tanto, la mejor referencia para encontrar el correcto ángulo de ataque de nuestra Ala para despegar, así como la velocidad de respuesta de la misma, la podemos encontrar corriendo con ella en la
campa.
Dependiendo de la pendiente de cada despegue, ajustaremos nuestro ángulo de ataque para tener nuestra Ala siempre bajo control. Una vez tengamos esto controlado, debemos aprender a correr. Nuestra carrera debe comenzar despacio, con pasos largos y decididos, acelerándolos a medida que el Ala coge velocidad, lo que nos permitirá un buen control, y cuando ésta velocidad sea suficiente y notemos que tira de nosotros, aflojamos un poco la barra de control, y YA ESTAMOS EN EL AIRE.
ATERRIZAJE
El aterrizaje es uno de los momentos más críticos del vuelo, las decisiones que tomemos deben ser precisas pues no disponemos de mucho tiempo para corregirlas. Mientras tenemos altura, debemos realizar un plan de aproximación al campo de aterrizaje, teniendo en cuenta la dirección del viento, posibles obstáculos en nuestra trayectoria, y estado del suelo e inclinación.
La aproximación mas adecuada que podemos realizar es la denominada de avión, (en contra de las realizadas normalmente, es la que mejor nos permite corregir), ésta consiste en realizar un planeo de aproximación de forma paralela a la línea de aterrizaje escogida, y en dirección opuesta a la misma, realizando un giro de 90º perpendicular a la misma, y luego un segundo giro de 90º para entrar en el planeo final. La trayectoria de los dos tramos anteriores la podremos variar ligeramente de acuerdo a nuestra altura y línea de planeo final, abriendo, cerrando las trayectorias según la necesidad, tal y como podemos observar en el dibujo.
La aproximación mas adecuada que podemos realizar es la denominada de avión, (en contra de las realizadas normalmente, es la que mejor nos permite corregir), ésta consiste en realizar un planeo de aproximación de forma paralela a la línea de aterrizaje escogida, y en dirección opuesta a la misma, realizando un giro de 90º perpendicular a la misma, y luego un segundo giro de 90º para entrar en el planeo final. La trayectoria de los dos tramos anteriores la podremos variar ligeramente de acuerdo a nuestra altura y línea de planeo final, abriendo, cerrando las trayectorias según la necesidad, tal y como podemos observar en el dibujo.
Al llegar al planeo final controlaremos nuestra velocidad de acuerdo a la necesidad del ala y el viento reinante, debemos mantener velocidad para tener control del ala, teniendo en cuenta el gradiente o efecto suelo, con el que la velocidad del viento disminuye a medida que nos acercamos al suelo, trataremos de realizar las correcciones necesarias para seguir la trayectoria elegida sin apartar nuestra vista de la misma. Realizaremos el cambio de manos con suavidad, sacando nuestras piernas del arnés, cambiando primero una mano y luego la otra, manteniéndolas bajas para tener mejor control del ala. A medida que vamos perdiendo velocidad, y nos acercamos al suelo, elevaremos con suavidad las manos en los montantes del triángulo, y al notar que el ala empieza a caer, empezaremos a empujar y al perder velocidad empujaremos con fuerza manteniendo el cuerpo recto y erguido, el ala cae suavemente sobre nuestros hombros, y ¡¡hemos aterrizado!! sanos y salvos.
Recuerda:
- Reconocer antes el terreno del aterrizaje (si es posible desde el suelo), inclinación del suelo, estado, y posibles obstáculos.
- Saber la dirección del viento
- Fijar una trayectoria del planeo final, y no apartar nuestra vista de la misma.
- Mantener el ala con velocidad para mantener el control.
- Realizar el empujón final sin miedo y con fuerza.
VUELO DE LADERA
El vuelo de ladera consiste en mantenernos dentro de una ascendencia producida por la
incidencia del viento sobre un relieve, para permanecer volando es necesario que la componente vertical del viento supere la tasa de caída del ala, al igual que la penetración en el viento de nuestra ala debe ser superior a la componente horizontal del viento.
Para mantenernos dentro de la ascendencia de ladera deberemos realizar continuos giros, dependiendo éstos de la longitud de la ladera, como regla principal siempre giraremos hacia fuera de la ladera, nunca hacia ella, pues si estamos próximos al relieve podríamos ir contra él.
El rendimiento que obtendremos de la ladera depende de varios factores:
· Dirección del Viento
· Velocidad del viento
· Alargamiento de la ladera
· Verticalidad de la ladera
· Altura de la ladera.
· Dirección del viento: cuanto más perpendicular sea el viento a la ladera mayor ascendencia.
· Velocidad del viento: a mayor velocidad mayor ascendencia, hasta cierta velocidad pues a partir de unos 40 km/h el rendimiento baja.
· Alargamiento de la ladera: una ladera muy corta nos ofrecerá poca ascendencia pues el viento tiende a bordearla al chocar contra ella, y a elevarse menos.
· Verticalidad de la ladera: las mejores laderas son las que se acercan a la vertical.
· Altura de la ladera: aunque parezca lo contrario el mayor rendimiento se obtiene en laderas de poca altura, para que laderas muy altas produzcan buena ascendencia, deben de ser largas para que el viento no pueda rodearlas.
Cuando volamos en una ladera deberemos prestar atención a la zona donde nos movemos, siendo la mejor un poco por delante de la ladera , o sobre la cresta, a mayor intensidad del viento, trataremos de volar más afuera, sobre todo para no vernos sorprendidos y encontrarnos por detrás de ésta , que es donde se producen los rotores. Igual atención mantendremos a los extremos de la ladera y posibles entrantes de la misma pues el efecto venturi hace que el viento allí se acelere, pudiendo encontrarnos desagradables sorpresas.
Por último deberemos prestar atención a otros posibles voladores que se encuentren en la misma ladera, por regla general en el tráfico de una ladera siempre tiene prioridad de paso el que tiene ésta a su derecha, y no perderemos de vista a los demás, sobre todo al realizar los giros.
Teniendo en cuenta éstas reglas, el vuelo de ladera nos proporcionará muchas satisfacciones, pues en general podremos relajarnos volando y disfrutar ampliamente de nuestro vuelo.
incidencia del viento sobre un relieve, para permanecer volando es necesario que la componente vertical del viento supere la tasa de caída del ala, al igual que la penetración en el viento de nuestra ala debe ser superior a la componente horizontal del viento.
Para mantenernos dentro de la ascendencia de ladera deberemos realizar continuos giros, dependiendo éstos de la longitud de la ladera, como regla principal siempre giraremos hacia fuera de la ladera, nunca hacia ella, pues si estamos próximos al relieve podríamos ir contra él.
El rendimiento que obtendremos de la ladera depende de varios factores:
· Dirección del Viento
· Velocidad del viento
· Alargamiento de la ladera
· Verticalidad de la ladera
· Altura de la ladera.
· Dirección del viento: cuanto más perpendicular sea el viento a la ladera mayor ascendencia.
· Velocidad del viento: a mayor velocidad mayor ascendencia, hasta cierta velocidad pues a partir de unos 40 km/h el rendimiento baja.
· Alargamiento de la ladera: una ladera muy corta nos ofrecerá poca ascendencia pues el viento tiende a bordearla al chocar contra ella, y a elevarse menos.
· Verticalidad de la ladera: las mejores laderas son las que se acercan a la vertical.
· Altura de la ladera: aunque parezca lo contrario el mayor rendimiento se obtiene en laderas de poca altura, para que laderas muy altas produzcan buena ascendencia, deben de ser largas para que el viento no pueda rodearlas.
Cuando volamos en una ladera deberemos prestar atención a la zona donde nos movemos, siendo la mejor un poco por delante de la ladera , o sobre la cresta, a mayor intensidad del viento, trataremos de volar más afuera, sobre todo para no vernos sorprendidos y encontrarnos por detrás de ésta , que es donde se producen los rotores. Igual atención mantendremos a los extremos de la ladera y posibles entrantes de la misma pues el efecto venturi hace que el viento allí se acelere, pudiendo encontrarnos desagradables sorpresas.
Por último deberemos prestar atención a otros posibles voladores que se encuentren en la misma ladera, por regla general en el tráfico de una ladera siempre tiene prioridad de paso el que tiene ésta a su derecha, y no perderemos de vista a los demás, sobre todo al realizar los giros.
Teniendo en cuenta éstas reglas, el vuelo de ladera nos proporcionará muchas satisfacciones, pues en general podremos relajarnos volando y disfrutar ampliamente de nuestro vuelo.
VUELO TERMICO
El vuelo en térmica nos permitirá desplazarnos por zonas que no estábamos acostumbrados. Volando aprovechando las ascendencias térmicas podremos viajar con nuestro Ala Delta.Una térmica se forma por el calentamiento del terreno por el Sol, ascendiendo el aire que se calienta por tener menos densidad y pesar menos que el aire más frío que la rodea. Al alcanzar el límite de inversión o enfriarse el aire húmedo lo suficiente para formar una nube, su ascendencia se detiene.
Pero, ¿donde debemos buscar para encontrar una térmica?
Debemos buscarlas bajo nubes en forma de cúmulos en formación.
Observando vientos variables en el suelo
Observando a las aves y otras posibles Alas en vuelo.
Sobre laderas y elevaciones expuestas al Sol
Sobre tierras, rocas, y zonas protegidas del viento.
Para comenzar a girar una térmica debemos fijarnos en el plano que se nos levanta y girar hacia ese lado En otras ocasiones si encontramos la térmica de frente, notaremos que se levanta el morro, debemos entonces esperar unos tres segundos y comenzar a girar, así nos será más fácil centrar el núcleo.
Conseguiremos mayor ascendencia si nos mantenemos cerca del núcleo, para esto, cerraremos los giros cuando notemos mayor ascendencia y los abriremos al notar menor ascendencia. Cuando encontremos una térmica muy cerca de la ladera, en vez de giros realizaremos ochos para que la deriva no nos haga chocar contra ella. Trataremos de hacernos una imagen mental de la forma de la térmica para aprovecharla mejor, un variómetro, que nos indica la tasa de ascenso o descenso nos será de mucha ayuda.
Un error que se suele cometer con los primeros vuelos en térmica es inclinar poco los giros, para corregirlo debemos practicar con altura suficiente sobre la ladera y así aprender a cerrar los giros.
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